¿ Cómo hablar en público ? A la hora de hablar en público, si el formato es de exposición ante un grupo numeroso, léase dar una clase, una conferencia, una exposición de producto o un mitin, por citar algún ejemplo, otra de las bases importantes a tener en cuenta es la preparación de lo que se vaya a decir. Ni que decir tiene que cuanto mayor sea el dominio y el conocimiento del tema del que se debe hablar, mayor seguridad y confianza se tendrán, de entrada, para ponerse frente a los demás, lógicamente. Es a lo que se refiere la “e” de estudio del título.

Por tanto, si sabemos de antemano cuándo vamos a intervenir o, por otro acontecer, si asistiendo a alguna reunión del tipo que sea nos surge la necesidad de participar en el debate o de aportar nuestro parecer, es aconsejable anotar las ideas o conceptos básicos que se pretenden aportar, y en qué orden. Es decir, siempre es bueno anticipar lo que sucederá, pensarlo y proyectarlo, y si es un discurso muy relevante para uno, hasta ensayarlo. Es algo que entiendo que no se nos escapa a nadie y sus bondades son evidentes. Desde esta tribuna se os invita a practicar ese ejercicio en la medida proporcional a la intervención oral de que se trate y según el tiempo de reacción de que se disponga, pero hacerlo siempre, pues es de un gran apoyo.

Pero…¡un momentico!, como dice un tío abuelo mío, hablar en público no es leer en público. Se puede enfrentar una situación con el bastón del texto, por supuesto, y además es una buena opción para que resulte extraordinaria la intervención, ya que si lo leído es interesante y está bien escrito y bien narrado, miel sobre hojuelas, todo y que no se trata de eso de lo que estoy disertando. En este momento, hablamos de hablar, valga la redundancia. Y en ese contexto, existe otro factor muy relevante en la capacidad de oratoria que reside en la otra “e” del título, la de espontaneidad.

Es una baza que todos tenemos. No debe asustarnos, sino alegrarnos porque cada uno tiene la suya. Y cuando se actúa con naturalidad, dejando que la manera de ser de uno revista su discurso, como no puede ser de otra manera a poco que se piense, y se es consciente de que es un valor añadido, un acento personal que dota de unicidad y originalidad absoluta al mismo, resulta ser que un aparente problema puede convertirse en el mayor de los recursos. A mí me parece maravilloso y absolutamente medicinal para miedos infundados y excusas que nos impiden exponer nuestro parecer.

En resumen, estudio y espontaneidad. Hable usted con e, por favor, y cada vez tendrá más ganas de hacerlo porque lo hará mejor, que atreverse nos dota de experiencia y ésta de seguridad y disfrute. Garantizado.

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